Los contratos a plazo consisten en acuerdos financieros, por los que dos partes acuerdan que comprarán y/o venderán un artículo en una fecha futura determinada, por un precio establecido. También conocidos como mercado extrabursátil (OTC), los contratos a plazo son acuerdos financieros en los que ambas partes acuerdan la adquisición de un activo. Los contratos de mercado a plazo ofrecen a las empresas una forma de protegerse frente a las fluctuaciones de las divisas o las variaciones de los precios de las materias primas.
¿Qué es un contrato a plazo?
Los acuerdos a plazo consisten en contratos no estándar entre las partes para comprar o vender un activo específico a un precio determinado en una fecha futura. Los activos suelen ser divisas, materias primas o acciones. Se caracterizan por el hecho de que todas sus condiciones pueden negociarse en privado, y no en el mercado público como otros contratos.
Un acuerdo a plazo permite a los compradores acordar que adquirirán determinados activos a un precio determinado y en fechas futuras. También pueden acordar el pago de márgenes.
¿Por qué utilizar un contrato a plazo?
Los contratos a plazo permiten a las empresas protegerse de las variaciones de los precios de las divisas o las materias primas. Para protegerse, los importadores pueden bloquear el precio cobrado por los proveedores extranjeros. Por su parte, los productores de materias primas (como el maíz o el petróleo) pueden utilizar los contratos a plazo para asegurarse frente a futuras variaciones del precio.
Consideraciones a la hora de suscribir contratos a plazo
Los contratos de futuros ofrecen a las empresas la posibilidad de reducir el riesgo asegurando los precios futuros. Sin embargo, los contratos no estandarizados, que no ofrecen esta característica, pueden exponerlas a riesgos de contraparte y de impago.
Conclusión
Un acuerdo privado para comprar o vender un artículo se denomina acuerdo a plazo. Es un contrato celebrado entre dos particulares. Muchas empresas utilizan los mercados a plazo para reducir el riesgo. Fijan precios futuros con terceros para transacciones futuras. Aunque los contratos a plazo pueden tener ciertas desventajas, como una liquidez limitada o el riesgo de contraparte, siguen siendo eficaces para gestionar las fluctuaciones del mercado.