El gasto de los hogares en Japón aumentó a su ritmo más rápido en el pasado mes de mayo en los últimos cuatro años, lo que indica un aumento en los ingresos internos y esto brindará cierto apoyo a una economía que está experimentando una creciente presión externa.

La restauración del consumo privado se considera vital en la lucha de Japón contra la deflación, por lo cual las compañías son reacias a tolerar el aumento del gasto de los hogares.

Los datos de instituciones estatales mostraron este viernes que el gasto de los hogares aumentó en un 4,0% en el mes de mayo respecto al año anterior, gracias a un “puente de descanso” de 10 días vividos en aquellos días, año atrás en Japón. Los costos crecieron a un ritmo más rápido desde mayo del 2015 y fueron mucho más fuertes que el pronóstico de crecimiento promedio de 1.6%.

En comparación con el mes anterior, el gasto de los hogares aumentó en mayo en un 5,5% en estadísticas mensuales, en comparación con una disminución del -1,4% en el mes de abril y una estimación promedio de una ganancia del 1,2%.

Se espera que el gasto del consumidor en el segundo trimestre del año en curso, abril-junio, se recupere del mes anterior, lo que probablemente compense alguna debilidad en la demanda externa, pero existe el riesgo de que el gasto del consumidor empeore a medida que el sentimiento se debilita en medio de una lenta recuperación salarial y la incertidumbre sobre las perspectivas económicas. Además, el aumento planificado del impuesto sobre las ventas puede influir negativamente sobre los gastos, después de su implementación.

El índice de indicadores coincidentes de Japón, que consiste en una serie de datos, incluidos datos sobre la producción, el empleo y las ventas minoristas, aumentó en el mes de mayo por segundo mes consecutivo.

El gobierno elevó su pronóstico, informando que el índice indica que la economía ha dejado de deteriorarse.

La disputa comercial y económica entre los Estados Unidos y China eclipsó las perspectivas para una economía dependiente de la exportación y el problema es que socavar la confianza en las empresas y los consumidores puede afectar el consumo interno general e inhibir el crecimiento.

Los representantes de los Estados Unidos y China esperan reanudar las negociaciones la próxima semana para tratar de resolver las disputas de la guerra comercial de un año entre las dos economías más grandes del mundo.

Algunos políticos en Japón también temen que el aumento de los impuestos propuestos pueda aumentar la presión sobre el crecimiento económico, ya que el aumento de impuestos anterior en el pasado mes de abril del año 2014 afectó a los consumidores y causó una profunda recesión económica.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha declarado en repetidas ocasiones que aumentará el impuesto a las ventas al 10% en octubre de este año, según lo previsto.

El Banco de Japón espera que el gasto de los consumidores mejore para lograr un objetivo de inflación difícil de alcanzar del 2%, ya que no se pudo aumentar los precios al consumidor, a pesar de los años de impresión de una gran cantidad de dinero.

El Banco Central de Japón mantuvo estable su política monetaria el mes pasado, pero su gobernador Haruhiko Kuroda, dejó en claro que estaba listo para aumentar los incentivos en caso de que aumentara la presión global sobre la economía japonesa.

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