La inflación de la eurozona se ralentizó ligeramente en octubre y siguió manteniéndose cerca del 2%, lo que confirma la postura del regulador de que la economía sigue en una senda favorable. Los datos de Eurostat publicados el viernes mostraron que la inflación en los 20 países que utilizan el euro cayó al 2,1% desde el 2,2% de septiembre, igualando las previsiones. Mientras tanto, la medida de la inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de los alimentos y los carburantes, se mantuvo en el 2,4%, en contra de las expectativas de desaceleración. La aceleración de la inflación de los servicios hasta el 3,4% desde el 3,2% compensó el descenso de los precios de los bienes industriales.
El BCE mantuvo sin cambios los tipos de interés el jueves, afirmando que la inflación se está acercando al objetivo y que algunos de los riesgos más graves han disminuido.
Sin embargo, el mercado no parece compartir el optimismo del banco central, ya que continuó la venta de la moneda única europea frente al dólar, facilitada, por supuesto, por el fortalecimiento general del dólar estadounidense.
La zona de 1,1550-1,1600 ha sido superada y ahora la siguiente zona, donde los compradores pueden volver a mostrar una actividad significativa, es el rango de 1,1400-1,1440.