Las conversaciones entre EE. UU. y China, que tuvieron lugar en Washington del 22 al 23 de agosto, terminaron en un fracaso.

A pesar de un mayor escepticismo, muchos expertos aún no han perdido la esperanza, contando con el hecho de que los Estados Unidos y China aún podrían llegar a un acuerdo y finalmente acabar con la guerra comercial entre ambos países.

A pesar de que el Ministerio de Comercio de China calificó la reunión de franca y productiva, la Casa Blanca tiene una opinión sobre este encuentro mucho más reservada, calificando este encuentro como un intercambio de puntos de vista, las partes no han podido lograr ningún progreso significativo.

Además, las autoridades estadounidenses no planean nuevas negociaciones con la parte china y están decididas a introducir otra porción de aranceles sobre los productos chinos por otros $ 200 mil millones.

Por su parte China saboteó deliberadamente las negociaciones sin proponer ninguna opción para la solución del conflicto, ya que estos pronostican el fracaso del Partido Republicano en las elecciones estadounidenses, lo que abrirá el camino a la destitución de Donald Trump o una reducción significativa de sus capacidades.

"Los chinos se ofrecieron a aumentar significativamente la compra de materias primas en los EE. UU., Incluidos el petróleo y el gas, pero rechazaron cualquier compromiso sobre los puntos claves de la política de Donald Trump.

Las próximas elecciones del Congreso de los Estados Unidos se llevarán a cabo el 6 de noviembre y son de gran importancia para el futuro político del país, ya que no solo influirán en el proceso legislativo de toma de decisiones, sino que también pueden desencadenar el procedimiento del juicio político del actual presidente, en caso de transferencia de control al Partido Demócrata.

Por su parte, Donald Trump dijo que no espera resultados significativos de la próxima ronda de conversaciones entre los EE. UU. y China. El Presidente de los Estados Unidos también señaló que no establece un marco de tiempo para tratar los problemas comerciales con Pekín.

Estas negociaciones no impidieron que los Estados Unidos siguieran ajustando los aranceles de importación a los productos chinos. En la víspera, Washington activó el segundo paquete de aranceles de importación de 25% sobre mercancías por un valor de 16 billones de dólares USD, por lo que el volumen total de las importaciones chinas impuestas por el aumento de los aranceles alcanzó los 50 billones de dólares.

China reaccionó a esta situación con medidas similares.

"Para proteger el sistema multilateral de comercio y los derechos e intereses legítimos de China, han tomado las contramedidas necesarias.

El gobierno chino introdujo impuestos de aranceles en respuesta del 25% sobre las importaciones estadounidenses por un valor de $ 16 billones de dólares USD. Entrando en vigor el 23 de agosto a las 12:01 hora local. Por lo tanto, el volumen de productos estadounidenses, que están sujetos a mayores aranceles en la República Popular China, también aumentó a $ 50 billones de dólares USD.

Además, China apeló a la OMC con una queja sobre las acciones de Washington, señalando que las decisiones de la parte estadounidense se toman "sin tener en cuenta las opiniones de ambas partes" y contradicen los principios de la organización.

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