Las ganancias industriales de China se contraen aún más desde finales del año 2011, a medida que la economía se enfría

Las empresas manufactureras chinas anunciaron su peor caída de ganancias desde fines de 2011 en los primeros dos meses de este año, según los datos publicados hoy, ya que la creciente carga de la economía ante la desaceleración de la demanda en el país y en el extranjero ha causado daños a las empresas manufactureras.

La fuerte caída en las ganancias crean más problemas para la segunda economía más grande del mundo, que el año pasado creció a un ritmo más lento que en casi tres décadas. El gobierno ya ha reducido su objetivo de crecimiento económico este año a 6.0–6.5% de la cifra real de 6.6% en 2018.

La Oficina Nacional de Estadísticas (NBS) informó en su sitio web, este miércoles, que las ganancias de las empresas industriales chinas cayeron en un -14.0% en enero-febrero en comparación con el mismo período del año pasado a 708.01 mil millones de yuanes ($ 105,50 millones de dólares). Esta fue la reducción más grande desde el mes de octubre del año 2011.

Esta situación se debe principalmente a los recortes de los precios en industrias claves, como en la industria automotriz, en la industria de refinación de petróleo, en la industria siderúrgica y química, además, la producción y las ventas también se están desacelerando.

Las ganancias en el sector automotriz cayeron en 37.1 mil millones de yuanes respecto al año anterior, mientras que la industria petrolera cayó en 31.7 mil millones de yuanes, según datos oficiales.

Las vacaciones del Año Nuevo Lunar, que comenzaron a principios de febrero, también tuvieron un gran impacto negativo en las operaciones comerciales de este año.

La guerra comercial de China con los Estados Unidos afectó la actividad manufacturera, los ingresos corporativos, la confianza empresarial y el consumo en general a expensas de las perspectivas económicas.

El crecimiento de la producción industrial en China cayó a un mínimo de los 17 años en enero-febrero, mientras que la inflación de las fábricas se mantuvo en el mismo nivel durante el mismo período, reflejando la creciente tensión en la economía.

Los políticos reconocieron que la economía del país se enfrenta a una creciente presión a la baja, obstaculizada por campañas a largo plazo para reducir los riesgos de la deuda, mientras que la guerra comercial con los Estados Unidos ha dañado a los pedidos de exportación y del empleo.

Beijing está fortaleciendo las medidas para apoyar a la industria manufacturera, reduciendo el impuesto al valor agregado, aumentando el gasto en la infraestructura y reduciendo la intervención directa del gobierno.

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